lunes, 7 de junio de 2010

BUHEDERA – GUILLERMO FÁRBER

“No hay dinero”



Como sabes, hay un nuevo gobierno en Inglaterra. Cuando asumió el poder el mes pasado, sucedió algo hilarante. David Laws, el nuevo secretario del Tesoro, entró en su oficina por primera vez y se encontró sobre el escritorio esta nota de su antecesor Liam Byrne: “Querido secretario: Me temo que no hay dinero. Que tenga usted suerte. Atentamente.” Míster Laws estaba desconcertado: esa no era la tradicional nota que el nuevo ocupante de una alta oficina burocrática se encuentra normalmente al llegar, con instrucciones sobre los pendientes más urgentes e importantes. Por eso, dijo, la nota no era útil. ¡Pero era justo lo contrario! Era la nota más útil jamás dejada en la historia por un político saliente a uno entrante. Decía la verdad: el gobierno de Inglaterra (como el de casi cualquier otro gobierno en el mundo) no tiene un centavo partido por la mitad. Sobrevive, literalmente, de la caridad pública. El dinero que necesita para pasar de un día al siguiente tiene que salir de préstamos, ya sea de inversionistas, nacionales o extranjeros, o del propio Banco de Inglaterra (y si aquello es malo, esto es mucho peor). En fin, el pobre Míster Laws, que pintaba como fuerte candidato a la próxima grande (como Jaime “CETE” Serra Puche en el gabinete de Zedillo), duró menos días que los 28 de Serra tras el “error de diciembre”. Y es que la prensa destapó un escándalo: Laws era un gay de clóset que ilegalmente usó dinero público para pagar la renta de un nidito de amor que compartía con su compañero de nueve años.



CASANOVA

“Mi ocupación principal fue siempre cultivar el goce de mis sentidos; nunca tuve otra más importante.”



GUARDADITOS

Es célebre el diálogo entre los gobernadores entrante y saliente de un estado de México. El gobernador entrante llega a su nuevo despacho, abre la caja fuerte, mira adentro y de inmediato llama a su antecesor: “¡Fulano!”, le grita. “¡Ya ni la chingas! Nomás dejaste cien pesos en las arcas públicas!” Éste escucha el exabrupto, se queda callado unos segundos y después murmura reflexivamente: “Te juro que no los vi.”



CASANOVA

“Es necesario tener valor, pues la fuerza sin auto confianza, es inútil.”



MORALEJA DIVINA

Tras una larga enfermedad, una mujer muere y llega a las puertas del cielo. Ve a través de las rejas a sus padres y amigos que habían partido antes que ella, sentados a una mesa disfrutando de un banquete maravilloso. Cuando San Pedro llega, ella le comenta: “¡Qué lugar tan lindo! ¿Cómo puedo hacer para entrar?” “Yo voy a decir una palabra. Si la deletreas correctamente a la primera, entras; si te equivocas, vas directamente al infierno”, responde San Pedro. “Vale. ¿Cuál es la palabra?” “AMOR”, dice San Pedro. Ella la deletrea correctamente a la primera y entra en el cielo. Un año después, San Pedro le pide que vigile la puerta mientras él va a hacer unos mandados. Ese día, para asombro de ella, aparece frente a la reja el que fuera su marido. “¡Hola, qué sorpresa!”, exclama ella. “¿Cómo estás?” “Ah, pues he estado muy bien desde que falleciste. Me casé con aquella bella enfermera que te cuidó, gané a la lotería y me hice millonario. Entonces vendí la casa donde vivíamos y compré esa preciosa mansión en el barrio alto que siempre te gustó. Viajé con mi nueva mujer por Europa, Asia y Oceanía. Estábamos de vacaciones en Los Alpes cuando quise esquiar. Me caí, el esquí me cayó en la cabeza y aquí estoy. Y dime, ¿cómo hago para entrar, querida?” “Yo voy a decirte una palabra. Si la deletreas correctamente a la primera, sin titubear ni tartamudear, puedes entrar; si no, vas directo al infierno”, responde ella. “OK”, dice él. “¿Cuál es la palabra?” “¡SCHWARTZENEGGER!” Moraleja: Ni muerto le puedes decir toda la verdad a una mujer, pues corres el riesgo de vivir en un infierno el resto de tu existencia.

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