miércoles, 26 de mayo de 2010

BUHEDERA – GUILLERMO FÁRBER

¡Caramba!



Me sorprende la reacción tan entusiasta a una alusión tangencial en esta columna, hace unos días. Se ve que el personaje conserva una tremenda carga psicológica en el inconsciente colectivo.



PERSONAJE

Un queridolector me envía esta referencia: “Su vasta instrucción llegó a abarcar diversos campos, y no solamente fue un hombre de conducta escandalosa, duelista y jugador; también destacó siendo violinista, matemático, poeta, novelista, historiador, filósofo, teólogo, traductor de Horacio y de Homero, astrónomo, químico, geólogo, médico empírico... Sin embargo, no ha pasado a la posteridad por ninguna de estas actividades, sino por la que de todos es conocida: ser un conquistador.” Se trata de Giacomo Casanova, reputado como el seductor más grande de todos los tiempos. “Cuando uno evoca el nombre de Casanova, le viene a la mente, inevitablemente asociada, la imagen del seductor por antonomasia; y es que la leyenda del personaje: conquistador lujurioso, de insaciable lubricidad, ha llegado a eclipsar al hombre. Giovanni Giacomo Casanova, señor de Seingalt, nació en Venecia en 1725, hijo de la bella actriz Zanetta. De pequeño, Casanova fue un niño enclenque y dotado de una inteligencia extraordinaria, una comprensión, rápida y una memoria portentosa. Su abuela, admirada por los progresos culturales que hacía (aprendió a leer en menos de un mes), lo envió a estudiar a Padua, en cuya universidad recibió el título de doctor en Derecho a los diecisiete años. En los treinta y nueve años que duró su vida amorosa, estuvo con ciento veintidós mujeres: actrices, monjas, cortesanas, damas de la alta sociedad... Mujeres de las que Casanova se enamoraba con cierta ingenuidad, con pasión, de verdad. Mujeres que, en no pocas ocasiones, se aprovechaban de su generosidad y que siempre conservaron de él un recuerdo dulce y nostálgico, pues el terrible y disoluto seductor era un amante magnánimo y tierno. La vida de Casanova es una vida inquieta, dinámica, despreocupada y plagada de excesos. Viajero infatigable, aventurero, masón, espía... Conoció la prisión en los Plomos, las enfermedades sexuales, la riqueza y la ruina. En sus últimos años, recluido en el castillo de Dux, en Bohemia, aquejado de la próstata y gotoso, emprende la ardua labor de redactar su biografía. Con una letra menuda y clara y una excelente memoria, Casanova se dispone a escribir sus recuerdos, tarea a la que dedicó trece horas diarias, dejando unas memorias que, aun no siendo completas, ocupan tres mil setecientos folios. Escrita en francés, lengua que Casanova domina junto con el italiano y el latín, la Histoire de ma vie jusqu’en l’an 1797 recoge confesiones de una enorme sinceridad, una verdad sin tapujos. En ella, el autor se retrata tal y como se ve a sí mismo, no esconde nada porque no se arrepiente de nada y por eso le resulta indiferente el juicio que el lector pueda hacer de él. El estilo literario es directo, vivaz, realista y un tanto desvergonzado, y la magnífica descripción de los personajes y de las costumbres de la época, hace que esta obra no sólo sea el relato de una serie de aventuras amorosas, es, asimismo, una perfecta ilustración histórica del Siglo de las Luces.” (Tomado de http://www.dantealighieri.com.mx/historia/casanova.htm)



CASANOVA

Un queridolector añade: “En la película La noche de Varennes aparece, magistralmente interpretado por Marcelo Mastroianni, el que a mi parecer es el Casanova más entrañable. Ya viejo, emprende un viaje por la Francia donde ha estallado la Revolución -va a cruzarse en Varennes con la familia real la cual huía de París para encontrarse con las tropas realistas, pero fueron interceptados en esa población-, y observa cómo se derrumba un mundo al tiempo que él está ya en la última etapa de su vida. En su carruaje viaja de incógnito una condesa -lleva el traje del Rey para que encabece a sus tropas-, ella cae seducida por su fama y una noche, durante la cena, no sólo se insinúa, lo invita directamente a su lecho. Casanova la mira con ternura -qué buen actor era Mastroianni-, mira luego a su bisteck y le dice: ‘Madame, usted es muy hermosa, pero a mi edad ésta es la única carne que me interesa.’ Al margen de mi vegetarianismo no dejo de reconocer la sabiduría que se necesita para tener esa franqueza.”

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