martes, 18 de mayo de 2010

BUHEDERA – GUILLERMO FÁRBER

“Desaparecido”



El caso de Diego logró lo inconcebible: conmocionar a una opinión pública nacional ya vacunada, blindada, escéptica, hastiada y asqueada de manifestaciones de inseguridad, ilegalidad, delincuencia, sangre, violencia, abuso, atropello. Es una vergüenza que la descomposición tenga que supurar en los altos niveles políticos para que las diferentes instancias de los gobiernos parezcan al fin comenzar a prestar algo de verdadera atención.



ATAQUES

Escucho a un comentarista deportivo. Critica fuertemente a la selección nacional y dice que “su ataque lateral por los lados” fue muy débil. Y yo pienso que la debilidad es contagiosa.



ORO

Algunos analistas comienzan a especular que el precio de la onza de oro se puede ir “hasta” 3 mil dólares. Y yo pienso: ¿tan poquito? Recordemos que en 1970, con $620 pesos se compraba un Centenario (1.205 onzas de oro). Hoy en esos pesos (sin quitarle los tres ceros de Aspe-Salinas) el precio del Centenario anda cerca de $20 millones de aquellos pesos. Se multiplicó por 32,258. Las potencias del mundo están haciendo todo lo que conduce al resultado que hemos visto en México. Por lo pronto y hasta nuevas medidas significativas, el precio del oro no tendrá tope. En estos años el oro ha multiplicado su precio en dólares (su paridad, dicho más propiamente) apenas por 5. O sea, el dólar se ha devaluado a su quinta parte en términos de oro. Por eso digo, ¿tan poquito como 3 mil dólares la onza, cuando este mega colapso de veras se presente con todo su vigor?



PITÁGORAS A TODO LO QUE DA

“Necesitábamos reparar la puerta del garaje. El especialista que nos mandó la tienda que nos había vendido el aparato, a dar el mantenimiento garantizado, nos dijo que uno de los problemas era que no teníamos un motor ‘suficiente poderoso’ para levantar la puerta. Le repliqué de inmediato que teníamos el motor más grande que ofrecía esa tienda para esos propósitos, con poder de 1/2 caballo de fuerza. El hombre movió la cabeza y contestó con una sonrisita insolente: ‘Señora, usted necesita un motor de 1/4 caballos de fuerza.' Con un poco de sorpresa le respondí que 1/2 era más grande 1/4 y él exclamó: ‘¡Pero NO! 4 es mayor que 2.' Desde entonces dejamos de recurrir a ese servicio de reparaciones.”



VENADOS

Esto le sucedió a un tipo que reside en un área semi rural de Ottawa. Un vecino nuevo llamó a la oficina administrativa local para pedir que removieran el letrero que señala CRUCE DE VENADOS en el camino en las afueras del pueblo. La razón que dio era todo un poema de compasión: “Hay demasiados venados atropellados en ese cruce. Creo que no es el mejor punto para que los venados sigan pasando por allí.”



DARSE CUENTA

Es genial esa pregunta que a veces te hacen en los puntos de revisión de algunos aeropuertos: ¿Alguien ha metido algo en su equipaje sin que usted se diera cuenta? Mmmm, si no te diste cuenta, ¿cómo es que te preguntan si te diste cuenta de que no te diste cuenta? Y eso no es lo peor. Lo peor es que si algo raro pasa, te pueden acusar de complicidad por no haberte dado cuenta de que no te diste cuenta. ¿Te das cuenta?



“SERVICIOS”

A mí solía confundirme un poco la palabra “servicio”, particularmente como la usan las empresas e instituciones como SAT (Servicio de Administración Tributaria), “servicio” telefónico, “servicio” al ciudadano, “servicio” de a agua y drenaje, “servicios” de electricidad y gas, “servicios” funerarios, y cien etcéteras. No sabía yo a ciencia cierta lo que esa palabra de “servicio” significaba exactamente. Pero ayer oí a dos ganaderos conversar y por fin me quedó claro el asunto. Uno de los ganaderos le dijo al otro que había rentado a un toro semental carísimo para darle servicio a su hato de vacas. ¡Baaam! Ahí se me prendió el foco. Al fin comprendo lo que realmente nos hacen las entidades mencionadas.

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